He revisado un articulo bastante bueno en un sitio web, y me pareció bien a acertado.
Sin duda la discusión puede llevarnos a respuestas muy claras pero a la misma vez contradictoria, y paradójica.
El fondo de cultura económica, lanza mundialmente el libro Vida de consumo de Zygmunt Barman. Sociólogo de la segunda mitad del siglo XX.
Estimados Compañeros, según el adelanto de los editores.
Menciona y discute el consumo como algo banal, trivial ya que todos lo hacemos a diario. Ya sea en una fiesta, comprando vestuario, alimentándonos. Algo tal vez inevitable, asumiendo como algo básico.
El consumo; fenómeno o condición permanente e inamovible de la vida y un aspecto inalienable de ésta. Y no esta ligado ni a la época ni a la Historia.
De este punto de vista, se trata de una función imprescindible para la supervivencia biológica. Y estas raíces son tan antiguas como la vida misma.
Pero sin duda a medida que pasa el tiempo, nos hemos dado cuenta que esta enfermedad amenaza la vida del ser humano.
Es así como cito a Eduardo Galeano; Escritor Uruguayo quien critica a todo este modelo imperante en nuestra sociedad. (EL Imperio del Consumo)
El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica.
Las masas consumidoras reciben órdenes en un idioma universal: la publicidad ha logrado lo que el esperanto quiso y no pudo. Cualquiera entiende, en cualquier lugar, los mensajes que el televisor transmite. En el último cuarto de siglo, los gastos de publicidad se han duplicado en el mundo. Gracias a ellos, los niños pobres toman cada vez más Coca-Cola y cada vez menos leche, y el tiempo de ocio se va haciendo tiempo de consumo obligatorio. Tiempo libre, tiempo prisionero: las casas muy pobres no tienen cama, pero tienen televisor, y el televisor tiene la palabra. Comprado a plazos, ese animalito prueba la vocación democrática del progreso: a nadie escucha, pero habla para todos. Pobres y ricos conocen, así, las virtudes de los automóviles último modelo, y pobres y ricos se enteran de las ventajosas tasas de interés que tal o cual banco ofrece.
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Lo podemos ver, lo podemos palpar. Símbolo de la Globalización; Medios de Comunicación “Publicidad”, Industrialización, competitividad, consumo versus consumismo.
Podemos pasar largas horas discutiendo, analizando nuestra sociedad de sumisión, nuestra sociedad de asumir, asumir sin luchar.
De aceptar las decisiones de las elites chilenas, que se pasan meses discutiendo temas complejos en el congreso, para su beneficio.
¿Ocurrirá lo mismo en el mundo? ¿La mundialización? Estaremos aceptando las decisiones de una orden que vela por sus intereses. Que trata de comprarnos fácilmente.
Que deja de lado la educación, para dar paso a la culminación de los valores. Aunque pataleemos, el cambio no vendrá. La gente debe organizarse y hacer sentir su malestar.
Pero para eso la educación, cumplirá un rol fundamental.
Podríamos ser una sociedad que no asuma todo, por culpa de la clase dominante.
La televisión. La publicidad, el consumo.
En fin..
Pensemos…
Sergio Narváez.
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