Alternativas energéticas para Chile
A partir del contexto del abastecimiento energético interno que lleva nuestro país desde
Argentina, lleva a suponer no sólo la persistencia, sino el incremento de las dificultades para el abastecimiento del gas natural hacia Chile y las tendencias actuales de la oferta energética nacional no permiten predecir una disminución de este porcentaje, lo cual representa una inquietante fragilidad en su abastecimiento.
De esta situación, se debe contribuir a plantear con más fuerza en la discusión pública la opción por el uso de energías renovables que, para lograr este objetivo, se requiere primero, entender las características básicas de nuestra matriz energética y segundo, el contexto político y económico en que se desarrolla la discusión.
A fines del 2005, la matriz energética chilena para la generación eléctrica proviene principalmente de la energía hidráulica, gas y carbón. Las proyecciones actuales del crecimiento económico del país, permiten estimar que para un par de años más la demanda de energía eléctrica se duplicará, lo cual, lógicamente se tendría que agregar la energía necesaria para el transporte, vivienda y otras actividades –distintas al consumo eléctrico-, que proviene principalmente del petróleo y sus derivados.
Consecuentemente, los objetivos centrales de la política energética del país deberían apuntar al aumento de la producción y a la diversificación de la oferta para asegurar mayor independencia, además de lograr menor vulnerabilidad en la producción, seguridad del abastecimiento, menores costos posibles y mínimo impacto ambiental, por señalar algunos de los elementos centrales por necesidad, ya que especialmente este año nos han golpeado fuertemente, generando en todos nosotros inseguridad en términos del abastecimiento energético para el corto, mediano, largo plazo, al privilegiar la energía de origen fósil para el transporte, calefacción y otros.
Es de menester recordar el reciente paro de los camineros en nuestro país que nos afectó a todos a causa del alto costo del petróleo.
El tema en sí, tiene gran relevancia ya que afecta, como lo señalamos anteriormente, todo el ámbito de nuestra vida especialmente nuestros bolsillos, y hago hincapié en que las soluciones parches que nos da el gobierno no solucionan para nada el tema de fondo, debido a que el problema tiene una tendencia netamente creciente por causa de ser un producto no renovable, también critico de forma negativa el discurso reciente de la presidenta con respecto al tema energético ya que no fue abordado como lo esperaba.
Con la situación que estamos viviendo debemos considerar con urgencia las alternativas energéticas que nos podrían abastecer internamente y, además, nos ayudarían a despojarnos felizmente de la calidad de dependientes al que estamos estampados.
Las otras energías
Hay que señalar que la opción de la energía nuclear no satisface plenamente los objetivos que apuntan a la independencia y seguridad de abastecimiento, depende de un combustible (Uranio) producido en pocos países, con lo que quedaríamos en una situación de dependencia similar a la actual. Además, los riesgos ambientales en el transporte del combustible, en la operación de las plantas, en la generación de residuos y en la recuperación del entorno al final de la vida útil del proyecto, serían grandes externalidades negativas que habría que evaluar minuciosamente.
Respecto de la opción de las energías renovables, creo que es la mejor, desde el punto de vista de la cantidad de energía que se puede generar en el país, como también la disminución de los costos en un sentido amplio.
En efecto, los más de 6.000 Km. de costa del país, nos permitiría disponer de muy buenos lugares de viento para la energía eólica. En materia de energía solar, el Norte de Chile es un centro excepcional de radiación solar que proporciona un potencial energético importante.
También está la producción energética a partir de biomasa, emite mucho menos contaminantes que las de gas y carbón y es ya una realidad en la celulosa y otras industrias del país.
Destaco que, tanto la energía eólica, como la geotérmica, la solar, no producen emisiones a la atmósfera, como también sería el caso de las pequeñas centrales hidráulicas y la energía proveniente del mar que no hare referencia en esta ocasión. Ninguna de ellas, incluidas la biomasa, modifican irreversiblemente el uso del suelo al término de la vida útil; en consecuencia, para las futuras generaciones el medio ambiente queda igual que antes.
Los costos para la inversión y los costos medios de producción de las Energías Renovables son muy relativos y variables según sean las fuentes empleadas. Por cierto en todos los casos, las comparaciones de costos son complejas porque dependen de las escalas de producción y de otros factores. Pero, en general, en Chile puede afirmarse que con la permanente alza de las tarifas actuales producto de las conocidas debilidades en el abastecimiento, es suficiente para considerarlas, sabiendo que a largo plazo todo costo se compensará ya que su utilización siempre se inclinara a la baja de éstos.
Destaco que hoy existe una planta eólica instalada en Aysén.
Lo prudente es, entonces, estudiar y promover todas las alternativas simultáneamente.
A partir del contexto del abastecimiento energético interno que lleva nuestro país desde
Argentina, lleva a suponer no sólo la persistencia, sino el incremento de las dificultades para el abastecimiento del gas natural hacia Chile y las tendencias actuales de la oferta energética nacional no permiten predecir una disminución de este porcentaje, lo cual representa una inquietante fragilidad en su abastecimiento.
De esta situación, se debe contribuir a plantear con más fuerza en la discusión pública la opción por el uso de energías renovables que, para lograr este objetivo, se requiere primero, entender las características básicas de nuestra matriz energética y segundo, el contexto político y económico en que se desarrolla la discusión.
A fines del 2005, la matriz energética chilena para la generación eléctrica proviene principalmente de la energía hidráulica, gas y carbón. Las proyecciones actuales del crecimiento económico del país, permiten estimar que para un par de años más la demanda de energía eléctrica se duplicará, lo cual, lógicamente se tendría que agregar la energía necesaria para el transporte, vivienda y otras actividades –distintas al consumo eléctrico-, que proviene principalmente del petróleo y sus derivados.
Consecuentemente, los objetivos centrales de la política energética del país deberían apuntar al aumento de la producción y a la diversificación de la oferta para asegurar mayor independencia, además de lograr menor vulnerabilidad en la producción, seguridad del abastecimiento, menores costos posibles y mínimo impacto ambiental, por señalar algunos de los elementos centrales por necesidad, ya que especialmente este año nos han golpeado fuertemente, generando en todos nosotros inseguridad en términos del abastecimiento energético para el corto, mediano, largo plazo, al privilegiar la energía de origen fósil para el transporte, calefacción y otros.
Es de menester recordar el reciente paro de los camineros en nuestro país que nos afectó a todos a causa del alto costo del petróleo.
El tema en sí, tiene gran relevancia ya que afecta, como lo señalamos anteriormente, todo el ámbito de nuestra vida especialmente nuestros bolsillos, y hago hincapié en que las soluciones parches que nos da el gobierno no solucionan para nada el tema de fondo, debido a que el problema tiene una tendencia netamente creciente por causa de ser un producto no renovable, también critico de forma negativa el discurso reciente de la presidenta con respecto al tema energético ya que no fue abordado como lo esperaba.
Con la situación que estamos viviendo debemos considerar con urgencia las alternativas energéticas que nos podrían abastecer internamente y, además, nos ayudarían a despojarnos felizmente de la calidad de dependientes al que estamos estampados.
Las otras energías
Hay que señalar que la opción de la energía nuclear no satisface plenamente los objetivos que apuntan a la independencia y seguridad de abastecimiento, depende de un combustible (Uranio) producido en pocos países, con lo que quedaríamos en una situación de dependencia similar a la actual. Además, los riesgos ambientales en el transporte del combustible, en la operación de las plantas, en la generación de residuos y en la recuperación del entorno al final de la vida útil del proyecto, serían grandes externalidades negativas que habría que evaluar minuciosamente.
Respecto de la opción de las energías renovables, creo que es la mejor, desde el punto de vista de la cantidad de energía que se puede generar en el país, como también la disminución de los costos en un sentido amplio.
En efecto, los más de 6.000 Km. de costa del país, nos permitiría disponer de muy buenos lugares de viento para la energía eólica. En materia de energía solar, el Norte de Chile es un centro excepcional de radiación solar que proporciona un potencial energético importante.
También está la producción energética a partir de biomasa, emite mucho menos contaminantes que las de gas y carbón y es ya una realidad en la celulosa y otras industrias del país.
Destaco que, tanto la energía eólica, como la geotérmica, la solar, no producen emisiones a la atmósfera, como también sería el caso de las pequeñas centrales hidráulicas y la energía proveniente del mar que no hare referencia en esta ocasión. Ninguna de ellas, incluidas la biomasa, modifican irreversiblemente el uso del suelo al término de la vida útil; en consecuencia, para las futuras generaciones el medio ambiente queda igual que antes.
Los costos para la inversión y los costos medios de producción de las Energías Renovables son muy relativos y variables según sean las fuentes empleadas. Por cierto en todos los casos, las comparaciones de costos son complejas porque dependen de las escalas de producción y de otros factores. Pero, en general, en Chile puede afirmarse que con la permanente alza de las tarifas actuales producto de las conocidas debilidades en el abastecimiento, es suficiente para considerarlas, sabiendo que a largo plazo todo costo se compensará ya que su utilización siempre se inclinara a la baja de éstos.
Destaco que hoy existe una planta eólica instalada en Aysén.
Lo prudente es, entonces, estudiar y promover todas las alternativas simultáneamente.
Invito a visitar: http://www.ecoportal.net/content/view/full/14772
http://www.cne.cl/fuentes_energeticas/e_primarias.php
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