Desde su establecimiento en los años ochenta la industria de cultivo del salmón a experimentado un aumento gigantesco, posesionando a chile como el segundo exportador a nivel mundial, de este producto con una rentabilidad de 1500 millones de dólares en la actualidad, lo que representa el 55% de las exportaciones de la empresa pesqueras Chilena, en esto precisamente radica su poder.
Este sector se ha propuesto duplicar su producción para el “Bicentenario”.
Empresas como Trusal, Aguas Claras, Multiexport, etc. Encontraron en el Estuario de Reloncavi un espacio privilegiado para su actividad, pero sin respeto por la forma de vida de los habitantes del territorio como parte de este ecosistema.
Los recursos hidrobiológicos mayormente cultivados son salmones y truchas las cuales, no son especies endógenas, sino que corresponden a especies de carnívoros marinos introducidas.
Para su producción se utilizan jaulas agrupadas en los llamados centros que contiene por lo general un promedio de 15 jaulas, cada jaula puede contener unos 60 mil salmones, cada centro puede llegar a producir 4000 toneladas de salmón al año.
El fuerte vinculo entre la oligarquía política y económica de chile y esta actividad, la lucha de intereses y su consecuente falta de legislación clara y fiscalización efectiva, a permitido a esta actividad, ganar espacios, tanto físicos (áreas de manejo) como fuerte influencia social y en decisiones económico-políticas.
La instauración de estas empresas ha significado un grave perjuicio ambiental, social, económico, y cultural.
Pérdida de la biodiversidad provocando desequilibrio irreparable, amenaza a la salud pública, entre otras.
Sobre explotación de los recursos marinos por parte de buques factoría, presentan una grave amenaza a la seguridad alimentaría del país, teniendo en cuenta que se necesitan de 3 a 5 kilos de peces, para producir 1 kilo de salmón, el cual disfrutan europeos, japoneses y norteamericanos, por lo tanto tampoco aporta a la seguridad alimentaría del país.
Con un fuerte daño al fondo marino, debido a la elevada concentración de fósforo y nitrógeno en el agua, produciendo disminución del oxigeno, como ejemplo del doble estándar de las empresas extranjeras, cada tonelada de salmones produce 14 kilos de fósforo doblando el máximo permitido en Europa, además de esto, la utilización indiscriminada de productos químicos, como antibióticos, para limpieza, sumado a la utilización de combustibles para el desplazamiento etc. Aumentan el daño producido por esta actividad.
Esta actividad es manejada mayoritariamente por empresas extranjeras las cuales encontraron en chile un paraíso para la inversión; abundante agua, alimento barato para la alimentación de sus cultivos (cantidades toneladas de peses pelágicos silvestres para convertirlos en harina y aceite de pescado para la alimentación), mano de obra barata, bajas exigencias ambientales, subsidios a la contratación, entre otras.
Los cientos de millones de dólares que se producen en el Estuario de Reloncavi, contrastan fuertemente con la situación de pobreza de la comuna, la cual no se ve beneficiada, todo lo contrario es esta la que asume los costos a mediano y largo plazo de dicha actividad.
Por otra parte, genera escasa oferta de trabajo, remuneraciones bajas en relación a las ganancias.
Entre de los costos de las empresa salmoneras, la mano de obra representa un bajo porcentaje como Ej. un centro con 15 jaulas, con la ganancia de una sola de estas, cubre completamente los gastos de mano de obra.
Tampoco proporciona seguridad en el empleo, bajo condiciones de inseguridad corriendo muchas veces riesgo vital (todos los años mueren alrededor de 20 trabajadores en sus faenas, noticias no difundidas por los medios de comunicación, caso no exclusivo de esta actividad), los pescadores que se logan posesionar en las empresas, no solo pierden sus costumbres, pierden también su autonomía pasando a depender de la empresa y su rentabilidad. La débil legislación laboral hace latente la amenaza de despido corriendo el riesgo de no poder volver a su forma de vida anterior y controlando de esta forma cualquier forma de asociación y organización, entre empleados y pescadores artesanales, por mejoras en su calidad de vida.
La contaminación de las aguas y con ello de los productos extraídos de esta para el consumo local, abre otra arista del problema, lo cual solo se dimensionar a largo plazo, pero que ya se proyecta como el problema de salud publica.
Como en todos los conflictos entre grandes empresas y las comunidades se presenta a los afectados, como los subversivos, los violentos, jugando en esta eficiente formula los medios de comunicación masivos, un papel fundamental, generando el aumento de la frustración por parte de los afectados y desinformación en gran parte de la sociedad.
Se podría escribir una enciclopedia completa de los efectos negativos de esta y otras actividades, lo importante es crear conciencia de que estos daños y abusos son transversales a lo largo del país, provocados, por las prácticas de las grandes empresas nacionales, internacionales y transnacionales y su alianza con la elite política y económica del país.
Generar procesos de transformación a través de la información y educación, aumentara los grados de conciencia que logremos como sociedad y en nuestro caso como profesionales en formación, la importancia de nuestro aporte creativo para la generación de alternativas sustentables, desde las distintas disciplinas, nuestro compromiso ético y consecuente, nos puede permitir desde el pequeño espacio, desde lo local, ejercer control territorial sobre nuestro ecosistema y mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestras comunidades
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